sábado, 31 de octubre de 2009

POLÍTICOS "Y" CRISTIANOS


Al titular así esta reflexión, lo he hecho dando importancia a la conjunción en vez de a los sustantivos. Y esto porque lo mismo que una conjunción sirve para unir, también se puede utilizar para diferenciar radicalmente.

Ante la realidad del aborto, muchos políticos han utilizado los medios de comunicación no sólo para justificar su posición ante la nueva ley que el gobierno tramita, sino para hacerlo en algunos casos manifestando explícitamente su relación positiva o negativa con la fe cristiana.

Un político puede serlo y carecer de credo religioso. En este caso la realidad política y religiosa van necesariamente por caminos distintos pudiéndose encontrar o no. Es decir, el político ejercerá su función conforme a la ideología que comparte con su formación, sin tener en cuenta más que el dictado de su conciencia y la directriz que su grupo le marque. En este caso la conjunción “y”, sirve para separar y diferenciar los ámbitos de la política y de la fe.

Pero en el caso que rodea a esta propuesta de ley de ampliación del aborto y que desea considerarlo un derecho de la mujer, han aparecido políticos que se han manifestado uniendo su condición política a su conciencia religiosa cristiana, y en este sentido la conjunción “y” no separa sino que une. Son políticos-cristianos. Y a ellos me quiero dirigir para aclarar alguna cuestión fundamental.

S. Pedro, cuando tuvo que comparecer ante el Sanedrín, según nos narra los Hechos de los Apóstoles (Hch 5, 27-29) porque les habían prohibido hablar en el nombre de Jesús, responde con rotundidad “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (v.29) Algo que algunos de nuestros políticos cristianos deben haber olvidado, y además se permiten el lujo de salir ante la opinión pública alardeando de cristianos por una parte, y por otra expresando que la disciplina de partido está por encima de las convicciones personales.
Pues está claro que ya han elegido su “señor”, y no precisamente a Cristo sino al César, por mucho que ellos se empeñen en maquillar sus posiciones. Ahora bien, cabe preguntarse porqué ese empeño en unir a su decisión puramente política, el enfrentamiento eclesial. Y sólo veo dos respuestas: por una parte desean confundir a los cristianos haciéndoles creer que existe una pluralidad de opiniones dentro de la Iglesia en el tema del aborto, lo cual es radicalmente falso. El aborto es un crimen castigado con la excomunión por la Iglesia. Por otra parte tienen que tranquilizar sus conciencias porque aceptar de forma clara su fragrante incoherencia es muy duro.
Se puede ser político y cristiano, y ojala hubiera un buen grupo de ellos que con su entrega y servicio generoso transformaran nuestra sociedad conforme a los valores humanizadores del evangelio de Jesucristo. Pero para poder unir la política y la fe se ha de tener bien claro a qué Señor se sirve, como lo tuvo S. Pedro, obedeciendo antes a Dios que a los hombres. Y la escucha de la voluntad de Dios, pasa necesariamente por acoger el Magisterio y la enseñanza de la Iglesia.